El gobierno argentino ha anunciado que anula un controvertido acuerdo que firmó con Gran Bretaña sobre la cuestión de las Islas Malvinas.
La decisión se produce después de que en abril del año pasado un reportaje de Declassified UK, escrito por Matt Kennard, revelara acusaciones de que el ministro argentino estaba ebrio cuando negoció el acuerdo.
Las acusaciones figuraban en las memorias de Sir Alan Duncan, ministro británico de Asuntos Exteriores para las Américas entre 2016 y 2019.
Las revelaciones de Declassified se hicieron virales en Argentina ocupando las portadas de todo el país y liderando los boletines informativos durante una semana.
El Gobierno argentino acabó ordenando una investigación sobre cómo se había negociado el acuerdo.
Casi un año después, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Santiago Cafiero, anunció la semana pasada en Twitter que había informado a su homólogo británico, James Cleverly, de la cancelación unilateral del acuerdo en una reunión celebrada en la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores del G20 en Nueva Delhi.
La respuesta de Cleverly no fue diplomática. Citó en Twitter a su homólogo argentino, añadiendo: «Las islas Malvinas son británicas. Los isleños tienen derecho a decidir su propio futuro: han elegido seguir siendo un territorio británico de ultramar autónomo.»
El acuerdo
El acuerdo de 2016 siempre fue polémico en Argentina. Negociado por el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Foradori, el pacto acordó «eliminar todos los obstáculos» para desarrollar yacimientos de petróleo alrededor de las Islas Malvinas y añadir «más enlaces aéreos» desde terceros países.
Su homólogo británico, Alan Duncan, escribió más tarde que Foradori “le estrechó la mano» en el acuerdo a las dos de la madrugada en la bodega de la embajada británica en Buenos Aires, y que estaba «tan cabreado» que había olvidado lo que había acordado cuando se despertó a la mañana siguiente.
Cuando Declassified publicó estas revelaciones el año pasado, el furor resultante fue un claro reflejo de lo polarizados que están los medios de comunicación y la política en Argentina.
El principal periódico de izquierdas, Página 12, publicó una portada en la que aparecía Foradori con el general Galteiri, el dictador argentino que invadió las Malvinas en 1982, con una gran botella de Johnnie Walker Black Label entre ambos. «De un borracho a otro», reza el titular.
Sin embargo, el diario Clarín, el de mayor difusión del país, escribió que la noticia era «una maniobra K», es decir, un falso escándalo generado por los partidarios de Cristina Kirchner, la actual vicepresidenta. No aportó pruebas ni mencionó que un medio británico, Declassified, fue el primero en dar la noticia.
Pero incluso los partidarios de la medida destacan el oportuno momento elegido por el Gobierno de Alberto Fernández, en el poder desde 2019. Las elecciones generales en Argentina están previstas para octubre de este año.
«Rechazamos el acuerdo Foradori-Duncan cuando se firmó en 2016 porque era una expresión de la ambición imperial británica de mantener el control sobre los recursos naturales del Atlántico Sur», explica Alicia Castro, embajadora argentina en Gran Bretaña entre 2011 y 2015.
“Declassified UK proporcionó entonces la información crucial de que el viceministro Foradori lo había negociado completamente ebrio. Por importante que esto resultara, el gobierno de Alberto Fernández tardó tres años de más en desechar un acuerdo claramente perjudicial para los intereses de Argentina.»